Arnold y los videojuegos: Terminator 2

Arnold Schwarzenegger y los videojuegos. Séptima entrega de la serie dedicada a los videojuegos que nos ha brindado la fructífera carrera de Arnold en el mundo del cine.

"No hay destino. Sólo existe el que nosotros hacemos"

Un año y medio desde la última entrada dedicada a la serie de Arnold. Lo que en un principio iba a ser una sola entrada en la que hablar un poco sobre los videojuegos que Arnold nos había dejado a los jugadores, ha acabado en una serie casi interminable. Esperemos que no llegue a tanto. 

Hoy toca meterse con "Terminator 2, el día del juicio final" todo un peso pesado, un estandarte del cine de acción de los 90. Una película imprescindible para todo aquel amante del cine. Coge tu chupa de cuero, tus gafas de sol, tu Harley y una recortada, que siempre viene bien y vamos al lío.

Y entonces llegó Cameron, de nuevo...

El año, 1991. Siete años después del estreno del primer Terminator. Si para esa primera entrega, Cameron tenía sus dudas de coger como protagonista a "Conan", a partir del éxito cosechado por ambos, para esta secuela no hubo el más mínimo atisbo de dudas. Si el primer Terminator supuso el pistoletazo de salida al estrellato de Arnold, Terminator 2 lo consagró, lo confirmó como estrella (bueno, con su cuerpo, una supernova). Arnold había llegado con T1, pero con T2 se iba a quedar con nosotros por mucho tiempo. 
Terminator 2 supuso el momento más álgido de su carrera, el top, el summun. Esto no significa que los siguientes trabajos de Arnold fueran más o menos flojos en éxito y taquilla, pero el momento vivido tanto por él, como por la muchachada que lo "redescubrimos", y por siempre jamás los veríamos con otros ojos, no se volvería a repetir. 
Terminator 2 fue especial para Arnold y para nosotros. Y si, lo "redescubrimos". Con Terminator 2, Arnold nos pertenecía un poquito más a los hijos y no tanto a los padres.
Hasta ese preciso momento en el que Cameron nos regaló al mejor Arnold, las películas del austriaco fluían con bastante entusiasmo por el vhs de mi casa en forma de alquiler. Eran películas que a mi, como preadolescente, me llamaban la atención por lo directas y bestias que eran, pero ahí se quedaba la cosa. No había nacido aún en mi el fenomeno "fan" hacia Arnold. Siempre consideraba aquellas películas, como las pelis que le gustaban a mi padre. Hasta Terminator 2.

   

  
Cuando Arnold leyó el guion de Terminator 2, hubo una cosa que no le gustaba mucho. Un cambio respecto de la primera película que fue todo un acierto por parte de Cameron. Una decisión que parecía insignificante, pero que supuso un punto de inflexión muy importante en la carrera de Arnold. Cuanto me asombran esos pequeños detalles que suponen una auténtica bomba de consecuencias (y conjeturas al suponer que hubiera pasado si hubieran elegido el camino "b")  y su onda expansiva se extiende en en el futuro, como el propio argumento de Terminator 2, futuro que ahora miramos en pasado...menudo lío.
¿Y qué era aquello que no le gustaba a Arnold pero que, gracias a dios, se dejó seducir por Cameron para cambiar su opinión? Pues que Arnold quería volver a ser el malo. Quería que su T-800 fuera el que fué en el primer Terminator. Quería volver a ser el villano de turno. 
-¿Qué coño era eso de ser un "exterminador" y no matar ni una sola mosca en Terminator2? ¿Disparar sólo a las rodillas? ¿Pero que mierda de Terminator me has escrito, Cámeron? 
Más o menos estos fueron sus argumentos. A lo que Cameron respondió:
-"Confi, tio" Guiñándole un ojo. 
Dicho y hecho. Arnold era un Terminator pero esta vez era el bueno.

El poso que deja una película, condiciona el visionado de su secuela. Si tenías la suerte de enfrentarte a Terminator 2 sin un solo spoiler mediante, (algo más fácil en aquella época sin internet, aun así, te los comías igual) cuando iniciabas el visionado, el poso que quedaba de Terminator 1 era, resumiendo de forma simple: 
El hombre chuchurrio, escuchumizado, era el bueno. 
Y el cachas fuertote casi imparable, era el malo. 
Terminator 2, libre de spoilers, jugaba con ese recuerdo colectivo. Se nos presentaba al chuchurrio y salía también el cachas. Hasta ahí, todo correcto, como mandan los cánones de las secuelas. Ambos buscaban, esta vez, al hijo de Sarah Connor: John Connor. Ya que el primer terminator había fracasado en su intento de matar a su madre en los 80, esta vez, skynet mandaría matar a su rebelde más problemático: John. 
Y ambos, chuchurrio y cachas lo encuentran. A la vez, en aquel centro comercial lleno de recreativas. En esa escenaca en la que Arnold saca su recortada de una caja con rosas (luego nos detendremos en Guns n´ Roses) y le atiza, al chuchurrio vestido de poli, una buena ración de plomo. 
¿Cómo? en ese momento te explotaba la cabeza...¿Arnold protegiendo a Connor? ¿Un T-800 "bueno" al servicio y protección del chaval? lo dicho. Todo un hostión de satisfacción si no te habías comido el spoiler de turno. Como dije, por aquel entonces era algo más sencillo evitar spoilers, aun así, yo fui uno de tantos que empezó la película sabiendo que Arni, era el bueno. Pero no me negareis que Cameron había preparado todo un sorpresón, ¿verdad?.

El malo ahora era el bueno. Arnold era el bueno. Y era un T-800. Un terminator que daría su "vida" por proteger a Connor, un adolescente. Un adolescente como cuando vimos aquella película. Aquello creaba en nosotros un vínculo especial con Arnold. En la película se establece un vínculo paterno-filial entre el ciborg y el chaval. Y eso calaba muy profundo en tu sentir adolescente. Cameron nos había ganado con aquello. Arnold ya no sería el mismo a nuestros ojos. A partir de ahora, cualquier película que viéramos de Arnold, la veríamos a través del filtro que había creado el personaje de Terminator 2. Un complejo entramado de sensaciones y sentimientos que hacia que sintieras por Arnold algo de paternofilial también. Aquellos de mi quinta, entenderán lo que digo.

Ganarse al público

Terminator 2 me pilló casi de lleno en mi adolescencia. Nos supo ganar. Me caló el visionado de su película de cabo a rabo.
Como adolescente, me veía reflejado en el personaje de Connor. Sentía esa "rebeldía" que solo la creen sentir los adolescentes, de esa sensación de no encajar, de "adolecer" por todo, sentirse que estas marginado, que nadie te entiende salvo tu amigo de turno. Los padres son "el primer enemigo" que frustran todas tus ilusiones (pero en el fondo los amas, y lo sabes, pero no quieres que nadie se entere, es mejor para tu cometido inconsciente de llamar la atención) por encontrarte a ti mismo. John encajaba en todo eso...Cameron nos había ganado. 
Luego la muerte y destrucción total por ataques nucleares con postapocalipsis de postre consistente en una interminable búsqueda y exterminio de todo ser de carne. La idea "poetica" de la destrucción total, ser un héroe, salvar al mundo, tener ese apoyo casi inmortal de un T-800 que sabes que te va a resolver cualquier problema a su manera, a lo bestia. Era el tito Arnold, una especie de Primo de Zumosol a la americana que te sacaría las castañas del fuego con los matones de turno...motos, salones arcade, rock and roll,...¡¡yo estaba aplastadísimo en el sofá viendo y sintiendo todo aquello, ¡¡Joder, si joder!! Vaya si me habían ganado. ¡¡James Cameron y Arnold dieron en el jodido clavo!!.

Por si todo esto no fuera suficiente para ganarnos, aparecían en la película referencias y pinceladas a nuestros mundos particulares para caer rendido por siempre jamas, en las mieles de Terminator 2. 
En los noventa, había dos cosas en pleno auge. Los Guns n´ Roses y los salones de Arcade. Para rematar la guinda de nuestra identificación con el personaje, a Connor le molaban los Guns y los videojuegos. Una jugada muy inteligente por parte de Cameron contar con Axl Roses para que le escribiera (o cediera, he escuchado muchas veces a los Guns, pero no me sé su historia de pe a pa) un "temaso" para la película. Incluso realizaron un videoclip con la ayuda del T-800. Cameron le dedicó un guiño en la escena que señalábamos al principio del artículo, en el encuentro de Arnold, Connor y el T-1000. Armas y rosas. Arnold saca su arma de una caja llena de rosas en clarísima referencia al grupo que había participado en la banda sonora de la película. Simplemente, genuino e inolvidable esa escena.
Como genuina e inolvidable era la cabina de After Burner II de Sega en la que Connor se está echando un vicio justo momentos antes de producirse la escena de las rosas y escopeta. (¿Qué y cuantos arcades salen en esta escena? te invito y desafío a que me los enumeres en los comentarios) A Connor, como a ti, le molaban los videojuegos también. ¿Se puede hacer más por calar en el espíritu adolescente de los 90? Pues si. hackear los cajeros automáticos para pillar viruta con la que financiarte tus partidas con un cacharro de Atari: el Atari Portfolio. No hay más preguntas, señoría.
Pues aún quedaba algo con lo que Cameron nos ganaba aún más...aunque parezca increíble. 

Tecnología

Y no hablamos de la de ficción. Si no la real y verdadera. A parte de la excelente labor artística de los encargados de las maquetas y la realización de replicas de androides a tamaño natural y todo ese largo etcétera, algo que llamó muy mucho y que fue un reclamo para la taquilla era su innovadora tecnología aplicada a los efectos especiales, los llamados "efectos por ordenador". Si bien Terminator 2 no fue la primera película en utilizar estos avanzados efectos, si que supuso un punto de mira para todos los productores y directores de cine que veían como buen medio para alcanzar ciertos fines.
Se hablaba de lo caros que habían salido dichos efectos. Unos 8 millones de dólares del total de 100 que costó la película. 8 millones de pavos por 5 minutos de estos efectos. Efectos destinados a realizar el mejor terminator de metal, el T-1000, que hasta ahora el cine había mostrado.

Cuando uno va al cine a ver la película más cara de la historia, se va de otra manera. Es una atracción y sensación extraña la que experimentas al saber que vas a ver un producto donde se han dejado los billetes. Lo caro casi siempre implica calidad. Y sabíamos que si Cameron se había gastado esa pasta era para mostrarnos los mejores efectos especiales que se podían encontrar en el mercado. Y asi fue. 
"Efectos por ordenador"...punto extra para nosotros. Los mejores efectos que se conseguían crear para el cine, tenía su origen en los ordenadores. Sabeis lo que implica eso para un "gamer" efectivamente, que lo considerábamos de nuestro ámbito, de nuestro mundo y eso nos llenaba de orgullo. La tecnología era un extra para ir a ver la película. Y el extra lo daba nuestra afición por los videojuegos. 
Un "gamer" ve los efectos especiales en las películas de forma diferente a como las perciben el resto de la humanidad. La tecnología debe ser un medio y no un fin en el cine. Eso que quede clarinete. Pero a los que nos gusta esta "mierda", vemos el fin y el medio en esos efectos al mismo tiempo, sin alterar el producto, sin perjudicar nada del argumento de la película.
Y nos gusta ver esa tecnología en el cine, porque, como en el caso de T2 relacionándolo con los videojuegos, si los salones arcade eran un espectáculo y escaparate de "lo que está por llegar a casa" que alimentaba nuestros sueños por ver aquello algún día en nuestras plataformas de ocio, con estos efectos especiales del cine pasaba tres cuartos de lo mismo, aunque el sueño se dilatara un poquito más en el tiempo. En un futuro lejano, se podría ver aquellas maravillas en nuestras futuras consolas u ordenadores. Es el escaparate tecnológico que llegará a los videojuegos. Los efectos especiales del cine son la super bowl de los gráficos en los videojuegos.
Cameron, nos había ganado de pleno. Para nosotros y por aquel entonces, Terminator 2: el día del juicio final, era la mejor película de la historia del cine. 



Argumento

Un argumento simple, que no malo, donde la historia se nos cuenta mientras se encadenan una serie de excelentísimas escenas de acción made in Cameron. A estas alturas de la película, no creo que tenga que detenerme mucho en este apartado. En vez de contar su argumento, como en otras ocasiones de esta serie de Arnold, voy a dejar una genialidad que me encontré por twitter. Su argumento pero al revés. Así queda demostrado que aún contando la película al revés, el resultado también es increíble. No me acuerdo de quien era su autor, de modo que si te reconoces, dímelo y gustosamente te menciono como autor. Para que luego no digan...que lo dicen. Falso este hecho, pero lo dicen. 

Un androide del futuro emerge de la lava y ayuda a un adolescente a meter a su madre en un manicomio. Una vez encerrada, el androide deja al adolescente en unos recreativos jugando al After Burner mientras él regresa al futuro en pelota picada.

Videojuegos de Terminator 2

Se dejan jugar. No son la octava maravilla del mundo, pero se dejan jugar. La película puso el listón muy alto, tanto que los videojuegos no están a la altura. Pero a nosotros nos valía. Ver en aquel Amiga como el T-1000 hacía de T-1000 transformándose y haciéndose líquido para repartir hostias a Arnold, no tenía precio y bien valía pasarse un rato por su gameplay. Sólo conocí dos videojuegos de Terminator 2, estoy seguro que hay más, pero vago es mi recuerdo y no quiero hacer trampa tirando de Google. En aquella época, recuerda que era adolescente, aparqué los videojuegos. Los cambie por otros hábitos no tan sanos como el echarse unas partidas y solo queda en mi recuerdo:

 Terminator 2 - Judgment Day (Amiga)


Aprendiz de todo maestro de nada. Una mala costumbre o una idea casi siempre mal ejecutada en los videojuegos, la mezcla diferentes géneros. Al final, ninguno de los géneros destaca y el resultado es un juego regulero. Pero como os decía, a nosotros nos valía. Además, la crítica en su época no se cebaron en exceso con él. Supongo que todos estabamos flipados con la película y el afán de querer continuarla, en forma de videojuegos, nos cegaba lo que llaman ser objetivos.

Terminator 2 - Judgment Day (Arcade)


Lo primero que me llamó la atención de este mueble arcade, es que era tan imponente como Arnold. Grande y robusto. Cuando te acercabas a él: explosión de gráficos y sonido. Un sonido contundente, con unas digitalizaciones de voz claras y cristalinas. La música, una pasada. ¿Y el juego en si?, bueno...pues una especie de clon de Operation Wofl, solo que en vez de matar al ejercito enemigo de turno, te cargabas T-800 como si no hubiera un dios Skynet. Un arcade bastante olvidable. Me quedo con el Wolf. Creo que fueron dos partidas las que eché en los antiguos recreativos de Gran via y chimpum. No lo he vuelto a tocar. Ni emulado si quiera. No me gustó. No quiero decir que a ti no lo hiciera e incluso que lo disfrutaras. Hay que aprender a diferenciar eso. 

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Hasta la vista, baby. 

Bueno. Con esta visita a Terminator 2 concluye la séptima parte dedicada a los videojuegos de Arnold. Siete partes ya ¡La virgen! y pensar que esto empezó como una única entrada en la que enumeraría los videojuegos de Arnold. Pero así me ha gustado más. Me he entretenido cosa mala escribiendo y recordando con vosotros.

Antes de irme dos cosas. Una dedicatoria especial y el tradicional Bonus Track con los descartes que no he incluido en el grueso del artículo. Y cualquier cosa ya sabeis, a los comentarios.

Quiero dedicarle este artículo al señor Arjona. Se de buena tinta que Terminator 2 es su película favorita. Por lo tanto, va por usted, maestro, se la dedico con mucho "hamor".

Os aconsejo que sigáis su cuenta de twitter y os suscribáis a su canal (ahora os los paso). El tío es un crack de los videojuegos y el "puto hamo" del gif en twitter. Y en un futuro, su desarrolladora de videojuegos, LepraGames, va a dar mucho que hablar. Y hablaremos por aquí desde luego, tenedlo por seguro.

Su Twitter: >> Arjona <<
Su canal en YouTube:  >> LepraGames <<
¡¡Un saludo caballero!!
Y ahora os dejo con...



Bonus Track



Maquina Total



 ¿Os acordáis del recopilatorio tecnofestivo de "Maquina Total" donde adaptaban al estilo "maquina" los "temasos" que más pegaban entre la muchachada? ¿No os acordáis? casi que mejor. 
Los "Tecno-destroyer-mix" nativos de la época también tenían derecho a su ración de Terminator. Nosotros ya disfrutábamos del rock and roll del "güeno" con los Guns como banda sonora de nuestra peli favorita. Pero como en los 90 el tecno todo lo contagiaba, pues también se dejaron contagiar por la fiebre de Skynet. 

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El vídeo de los Guns n´ Roses al que antes hice referencia:

Y para terminar: 
Curiosidades de Terminator 2

A estas alturas ya me duele la mano de escribir. De modo que tomo prestado de Gizmodo las curiosidades de T2

Cine Indie
Técnicamente, Terminator 2 es una película Indie. Diversos problemas legales se tradujeron en un film completamente independiente de los grandes estudios. Lo financió la productora independiente Carolco, que en los 80 y 90 produjo éxitos como Total Recall o las primeras películas de la saga Rambo antes de caer en bancarrota.
Oscar
Terminator 2 ganó cuatro premios Oscar. Hasta Mad Max: Fury Road en 2015, ha sido la única película de la historia que ha ganado un Oscar (ganó cuatro, de hecho) siendo secuela de una película original que también estaba nominada.

La dieta de Sarah Connor
Linda Hamilton (Sarahn Connor) tuvo que ponerse a dieta y entrenar tres horas al día, seis días a la semana, durante 13 semanas antes del rodaje. El entrenamiento incluía judo y combate cuerpo a cuerpo con un especialista del servicio secreto israelí. Eso sí, se negó a dejar de fumar. Fue tan duro que la actriz se negó a participar en Terminator 3.
Y la de Robert Patrick
El actor que dio vida al T-1000 también se sometió a un entrenamiento muy duro con un objetivo muy concreto: correr a gran velocidad sin que su cara diera la sensación de que se estuviera cansando.

Imitación de un águila
Patrick se inspiró en la manera de mirar y de mover el cuello de un águila para interpretar los movimientos deshumanizados y de depredador del T-1000.
Aprendiendo a disparar
La escena de la persecución en el canal fue una pequeña pesadilla para Arnold Swarzenegger. Se pilló los dedos varias veces tratando de recargar la escopeta sin mirar y hubo que hacer decenas de intentos para que la escena en la que dispara a una puerta quedara bien.
Final alternativo
Se rodó un final alternativo en el que el día del juicio nunca tuvo lugar y John Connor llega a ser Senador. Linda Hamilton también sale en ese final con abundante maquillaje para parecer anciana.
Un T-1000 musical
Antes de optar por Robert Patrick, Cameron quería que el papel de T-1000 lo hiciera el cantante Billy Idol, pero Idol estaba de baja por un accidente de moto. También consideró a Michael Biehn (Reese, el protagonista humano de Terminator), pero lo desechó porque era demasiado confuso.

21.000 dólares por palabra
Arnold Schwarzenegger cobró más de 85.000 dólares por decir “Hasta la vista, Baby”. El actor se embolsó 15 millones de dólares por 700 palabras de diálogo o, lo que es lo mismo, 21.429 dólares cada vez que abría la boca.
Desnudos
En la escena original en la que Arnold entra desnudo en un bar de carretera, el actor en realidad llevaba pantalones cortos. No es el único retoque. Cameron eliminó digitalmente el pene de Robert Patrick en la escena en la que aparece por primera vez en el presente. Aún puede verse en algunas ediciones de DVD.

Efectos especiales
La escena de la pesadilla de Sarah Connor fue una de las más complicadas de rodar. Requirió una complejísima combinación de fondos en matte painting, CGI y efectos prácticos sobre una gigantesca maqueta de las calles de Los Ángeles que fue “volada” mediante ventiladores. Los cascotes de los edificios eran cereales y trozos de galleta.

La escena más realista
Los especialistas en armamento nuclear del gobierno de Estados Unidos declararon (nunca oficialmente) que la escena de la explosión nuclear creada por Stan Winston y su equipo era la más realista que habían visto nunca.
Generando empleo
La compañía de efectos especiales Industrial Light and Magic pasó de 6 a 36 empleados solo para poder dar vida a los efectos de metal líquido del T-1000. Tardaron 8 meses y cobraron 8 millones de dólares para poco más de tres minutos totales en pantalla.
El bar de carretera
Aunque estaba rodeado de focos y técnicos de rodaje, una mujer se coló en el decorado del bar de carretera pensando que era un establecimiento real. Arnold Schwarzenegger, en pantalón corto, la dijo que era el día de stip-tease masculino.
Comida para perros
El sonido del T-1000 cuando fluía a través de algún objeto o sus heridas se cerraban se hizo con comida para perros fresca escurriéndose de la lata.
Tambores con sabor
Los famosos golpes de percusión que dan su toque característico a la canción principal de la banda sonora no son sonidos digitales. Tampoco son instrumentos en sentido estricto. El compositor Brad Fiedel logró ese sonido mecánico que recuerda a maquinaria aporreando dos sartenes de cocina de hierro una contra otra.

Dos pares de gemelos
La famosa escena de la máquina de café en la que el T-1000 asesina a un guardia de seguridad haciéndose pasar por él para amedrentarlo no se rodó con efectos especiales. Se trata de dos actores gemelos llamados Don y Dan Stanton. No son los únicos, la gemela de Linda Hamilton dobla a su hermana en una escena que al final se eliminó.
Photoshop
Muchos de los retoques y efectos especiales de Terminator 2 se hicieron con una aplicación nueva que ya se usó de manera pionera en Abyss (1987) y Willow (1988). Se trata de la primera versión del mítico Photoshop de Adobe.
La voz de John Connor
El rodaje llevó tanto tiempo que el joven actor que daba vida a John Connor creció visiblemente (en las escenas del desierto, las primeras que se rodaron, se le puede ver más joven). Tanto fue así que le cambió la voz y hubo que afinarla en postproducción.
Niños sin armas
Aunque Terminator 2 es una película violenta y llena de armas, en ningún momento se ve a John Connor portando una. Tan solo se le ve llevando un cargador o bolsas de tela con armas. Cameron se empeñó en que fuera así porque no le gustaba la idea de mostrar a niños empuñando armas.

El cañón rotatorio
El cañón rotatorio que usa el T-800 es exactamente el mismo que Swarzenegger lleva en la película Predator.
El helicóptero
La escena de persecución en la que un helicóptero pasa por debajo de un puente era tan peligrosa que el equipo de cámara se negó a rodarla. Lo hizo el propio James Cameron desde un coche en marcha. A los mandos del helicóptero iba el piloto especialista Charles A. Tamburro.
Problemas con la censura
En Reino Unido, los censores pusieron muchos problemas a dos escenas. La primera es la huida del psiquiátrico en la que Sarah Connor abre una cerradura con un clip. Les parecía demasiado realista. La segunda tiene que ver con la escena en la que el T-800 dispara a las rodillas de varios agentes de policía para inmovilizarlos sin matarlos. Esa misma técnica la utilizaban los terroristas del IRA.
Forzando cerraduras
La queja de los censores tiene su base real, porque Linda Hamilton aprendió a forzar cerraduras de verdad para dar más empaque a esa escena en la que huye de su celda.

Los otros capítulos de la serie de Arnold:

Este artículo forma parte de una serie sobre los videojuegos de Arnold. 
Me gustaría que la leyeras al completo. Te acerco las entregas de Arnold y los videojuegos:

-"Sayonara, baby"-




Mario Landflyer - Orgullogamer
Ahora sé por qué lloráis, pero es algo que yo nunca podré hacer
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Arjona

The best film ever. Pedazo de artículo, sí señor. 😉

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