El Viaje: No Man’s Sky – Primeros pasos

Inicio de No Man's Sky, el último juego de Hello Games
«Perdido en el infinito…»
Cientos, miles, millones de estrellas pasan delante de mi, a toda velocidad, casi sin poder apreciarlas, ¿qué es eso? ¿por qué están ahí? y tres palabras aparecen: No Man’s Sky, casi sin tiempo para poder pensar en ellas fondo blanco y… aparezco en un planeta extraño, mi visor marca Tutzutag-Boo Hatork, una temperatura agradable pero con un aire irrespirable, además me indica que mi nave está rota, ¿donde estoy?, mi viaje no ha hecho nada más que comenzar…
Sin tiempo para pensar descubro que voy equipado con una pistola que hace que pueda extraer minerales del entorno, veo que el traje que me protege de una atmósfera hostil está apunto de agotarse y antes de ponerme a buscar siquiera como reparar la nave tengo que respirar, necesito carbono, escaneo el entorno y encuentro abundante de este material en él, siento alivio. Tras unas primeras extracciones veo que me he alejado demasiado de mi nave, por suerte mi visor me marca la posición y el tiempo que tardo en llegar, dos minutos y medio no son nada, me siento ligero en este planeta y mi jetpack ayuda bastante. De regreso a la nave observo el cielo, me siento maravillado al contemplar tres enormes y diferentes planetas, ¿qué habrá en ellos? ¿seré capaz de llegar a estos mundos?, absorto en estos pensamientos un rugido me estremece, no estoy solo. Asustado pero decidido me pongo a buscar de donde proviene el sonido, al poner el escaner me marca un punto no muy lejos, en vez de regresar a la nave me estoy alejando pero necesito saber que es, subo una ladera a duras penas y una maravillosa llanura se presenta ante mi, pero esto no es lo que me deja fascinado, sino unos extraños seres pueblan la misma. Consulto mi visor de nuevo para ver si son hostiles pero rápidamente me indica que no y noto como este se sube a una base de datos, confiado me acerco a ellos y veo que efectivamente no son hostiles, me ofrece la posibilidad de darles de comer por un poco de carbono y como tengo sobrante de mi anterior paseo no me lo pienso, al dárselo observo con asombro su muestra de agradecimiento, no es mi mundo pero parece ser que me han aceptado en el. Tras esto observo que mi interfaz no deja de indicarme que arregle la nave, creo que es hora de volver a ella. A pesar de los innumerables elementos que puedo pararme para recoger o observar decido ignorarlos un poco e ir directo, siento que si me paro a cada paso no voy a avanzar nada y necesito respuestas.

Reparar la nave es una de las primeras cosas que hacer en No Man's Sky

Al llegar a la nave veo que un extraño objeto está cerca de ella, las luces e imágenes de la baliza me resultan muy intuitivas, me acerco e interactúo con él gracias al botón cuadrado de mi interfaz, una voz resuena en mi cabeza, asombrado, me concentro en sus palabras, abre ante mi un objetivo, tengo un objetivo, esto me perturba, por primera vez lo tengo, llevo unas horas desde que desperté en este extraño pero acogedor planeta pero estaba sin rumbo. Me indica que debo de llegar al centro del Universo, espera… ¿Universo? de repente, siento ante mi una tarea titánica, apenas se donde estoy, si podré siquiera salir de este planeta o como llegué aquí y me doy cuenta de que mi destino es aún mayor. Me ofrece dos alternativas, ir por libre o que me guíen hasta mi destino, de nuevo tengo sensaciones contradictorias, por un lado no quiero ataduras, ir a mi manera, pero no se si seré capaz o si me perderé en la inmensidad del cosmos, puede que la opción de guiarme sea la mía, sé adentro de mi, que otros exploradores, puede que en otros mundos habrán elegido ir por libre, me consuela y me devuelve la humanidad pensar que cada uno es libre de elegir sus actos. Tras esta importante decisión observo mi nave, es pequeña pero es la que me tiene que sacar de este planeta, así que me dispongo a buscar la manear de arreglar el propulsor de lanzamiento. Tras mi anterior paseo no me es muy difícil dar con ellos pero me doy cuenta de una cosa, no soy una máquina de cargar elementos, tengo un límite, lógico, no dispongo de inventario infinito ni baúl mágico, tras está torta de cruel realidad, descarto aquellos elementos que me son más fáciles de conseguir y por tanto no tengo que guardarlos como un tesoro. Con todo montando y la nave reparada es momento de montarme en ella, no puedo ocultar mi nerviosismo cuando entro en la misma, la sensación de tener la nave y que sea la llave que me guié a otros mundos me llena de alegría pero también de miedo. Pulsa L2 me dice el visor, como fui precavido ya llene el deposito del motor de impulso con abundante plutonio, por lo visto cada despegue en atmósfera consume bastante cantidad, he de cuidarme de no andar escaso, no quiero quedarme tirado cuando menos me lo espere. Pulso el botón y… ese inmenso valle lleno de vida ahora es más pequeño, cada vez lo es más, lo que de verdad ahora me asombra es lo grandioso del planeta, ni montando en mi nave las distancias se me hacen más pequeñas, de nuevo, mi fiel interfaz me indica que repare el motor de pulso para obtener más propulsión en el espacio, nada más vuelva a bajar al suelo será lo primero que haré. Una de los cosas que hago en mi primera paseo es usar el escaner de mi nave, quiero intentar localizar algo de interés en la superficie, observo un punto que parece digno de ir en su búsqueda, solo tengo que recorrer una distancia a más de cinco minutos. Mientras me dirijo a mi destino, me quedo maravillado cuando cae la noche, entre los planetas veo una extraña estructura con formas redondeada, de nuevo el miedo se apodera de mi pero mentiría si no dijera que será uno de los primeros sitios a los que iré si logro salir de aquí.

Aprender palabras será una de las claves del juego.
Una vez en el punto que me marca el radar, lo que parece ser una base se muestra ante mi, al pulsar cuadrado hago un suave descenso con mi nave, fue reconfortante respirar aire en la cabina ahora que vuelvo a salir de ella, cuando vuelvo al suelo con mi traje protector, reclamo la zona gracias a un poste de comunicaciones que observo cerca de la base, al igual que con los animales que vi antes se me da la posibilidad de registrar a mi nombre estos descubrimientos, me fascina, maravilla, saber que soy el primero que lo hace, ¿qué mundos, seres o lugares estarán descubriéndose a la vez que yo? y sobre todo ¿podré visitar estos lugares reclamados por otros viajeros?, como siempre en estos primeros compases las dudas me vuelven a invadir. Pero para nada estaba preparado cuando descubro que hay dentro de la base, mejor dicho quien hay, veo un ser delante mía, me habla en un extraño idioma que no comprendo, solo a través del lenguaje corporal logro entenderme con el, estas primeras decisiones me ponen nervioso, no se si elegiré mi respuesta bien o mal y si esto marcará el devenir con el. Parece que ante su disyuntiva no elegí mal y accede a enseñarme una palabra de su idioma, es toda una sensación intentar aprender el lenguaje Korvax para poder comunicarme con el mejor, además en el terminal puedo mejorar mi arma y comerciar, creo que será básico si quiero llegar alguna vez al centro del universo, aunque rápidamente descubro que no voy a hacerme rico pronto, por lo visto algunos materiales son más valorados dependiendo de donde te encuentres. Después del primer contacto me veo con fuerzas para salir y volver a investigar el mundo, noté que al llegar a esta base había una cueva cercana, y mi curiosidad innata me lleva directo a ella pero de repente una especie de robot centinela me rodea, va volando y tiene forma circular, noto como me observa y examina, de nuevo el miedo me paraliza pero parece que no he molestado a esta criatura mecánica y sigue esa especia de patrulla que está haciendo. Casi sin darme cuenta vuelo a reanudar la marcha hacia la cueva, solo que noto que voy más rápido a buscar ese refugio natural, mi encuentro con el ser mecánico me ha causado más impresión de la que pensaba. No pensé que en esta planeta existiera un lugar tan maravilloso como en el que me encontraba, aparte de que el entorno de la cueva me protegía de radiación o temperaturas extremas era un lugar increíblemente bello y lleno de recursos naturales, hierro, plutonio, oro y un largo etcétera de materiales que me servirán de utilidad sin duda. Explore el interior durante horas, perdiéndome en los recovecos de sus laberintos, el planeta por fuera es inmenso pero no puedo ni imaginar todo lo que esconde en su interior. Es hora de volver pero… ¿dónde está la salida?, me pongo nervioso, no memoricé nada cuando llegué, al quedarme embobado con el entorno no me percaté de que esto podría pasarme, no pasa nada, tengo suficiente aire en mi traje, es hora de buscar algún hueco que me permita salir. Al rato veo que será más difícil de lo que imaginaba e intento hacer una salida de forma manual, veo en el techo un depósito de hierro, a base de extraer el mineral me fabrico mi propia vía de escape, es un gran alivio volver a la superficie después de horas bajo ella, pero no todo es tan agradable a mi vuelta. Veo por el visor que mi nave está a quince minutos andando, por detrás de una gran montaña, he de darme prisa, por muy amigable que parece el planeta no creo que sea bueno alejarme mucho de ella.
La fauna es realmente variada.
Aprovechando el paseo no dejo de usar el visor para descubrir nuevas especies, es increíble la cantidad y las diversas formas de vida que me voy encontrando, de repente observo no muy lejos una estructura que claramente no ha sido creada por la naturaleza, tiene forma ovalada con inscripciones en la piedra, me acerco y noto que puedo interactuar con ella, al pulsar cuadrado en mi interfaz está reacción y me descubre una nueva palabra sobre la cultura Korvax. Tras este hallazgo retomo el camino a mi nave, me queda poco oxígeno y no puedo parar a mirar nada más, no encuentro carbono cerca para poder reponer el sistema, pero todo esto se va deja de tener importancia cuando la voz de alarma de mi traje me indica una alerta, se acerca una tormenta inminente. Esta no tarda en aparecer subiendo la radiación del planeta a nieves que mi sistema no puede absorber con fluidez, para complicar las cosas los materiales que me hacen falta para recargar el mismo no se encuentran en las proximidades, tengo que llegar cuanto antes a la nave, cada vez tengo más la sensación de que este planeta no es tan amigable como pensé. A escasos dos minutos está mi nave pero mi traje no aguanta más y se queda sin energía, noto como la radiación está haciéndome daño directamente, he de buscar algo para resguardarme o no se si llegaré a salir siquiera de este sitio, angustiado decido parar para poner el escaner y buscar algún hueco con los zooms que tiene el visor, es mejor para para dar un vistazo que intentar llegar si éxito a mi nave. A lo lejos veo la entrada a otra cueva, entre la propulsión y una carrera toda velocidad logro alcanzar al entrada, alivio es la palabra que mejor define ver como mi traje lograr reponerse al bajar radicalmente la radiación, por ahora puedo contarlo. Tras un rato parado en la cueva a la espera de una recargar completa de mi modulo de supervivencia aprovecho y espero que acabe la tormenta, tengo que reconocer que casi me mata pero la estampa de la inclemencia meteorológica me atrapa, todo se vuelve rojizo, dándole un color especial a la superficie. Ya de vuelta a la nave me dispongo a darle otra pasada a la superficie, la interfaz no deja de indicarme que salga del planeta para reparar el motor de curvatura en la estación, supongo que será la que vi en el cielo estrellado pero siento que aún no debo de abandonar este sitio, se puede decir que es mi hogar ya que es lo único que recuerdo desde que recobre el conocimiento.

Horas después, dando vueltas por la superficie montado en la nave, veo un modulo en una colina cercana, decido aterrizar lo mas cerca posible del mismo para evitar así incidentes como los de antes, en ese modulo hay una mejora para mi traje que me permite más capacidad de carga, no me va a venir nada mal ya que voy bastante apurado de espacio en mi inventario, aunque este espacio extra no es gratis, hay que pagar por el. Además explorando el entorno descubro la especie animal que según mi interfaz me faltaba en este planeta, tras esto subo emocionado los datos al servidor, saber que he sido el primero en completar este mundo me llena de satisfacción, habrá otros planetas y estrellas por descubrir, puede que por mi o por otros, pero este, para siempre, marcará mi nombre como su descubridor. Una nueva estación de comercio me ayuda a mejorar mi pistola, incorporando un lanzarrayos, ideal para seres hostiles, por fortuna no me ha hecho falta por el momento. En el complejo un extraño terminal me pide resolver una combinación lógica, tras pensar un pequeño momento doy con la combinación, esto me da las coordenadas de una nave abandonada. Sin perder un segundo vuelvo a mi nave y voy directo  al nuevo objetivo, que afortunadamente no está muy lejos, al llegar veo que la nave está estropeada, aún así se me ofrece la posibilidad de repararla y dar la mía a cambio pero no me convence la idea ya que tengo la mía con los dos motores básicos a pleno rendimiento. Otro interfaz está cerca de está nave, al interactuar con el obtengo una mejora para mi traje que me permite correr rápido durante más tiempo, no puedo evitar pensar que esto me hubiera evitado un disgusto hace unas horas. Creo que ya va siendo hora de salir de este planeta, siete veces se puso el sol y otras tantas ha salido y quiero ver el espacio, descubrir otros mundos, seres y estrellas, no obstante y viendo que el comercio parece una buena manera de obtener recursos para llegar al centro del universo, decido buscar algún punto de abundante oro. No tardo en localizarlo, en un entorno abrupto, largas columnas de este metal se agolpan ante mi, no ceso en su extracción, incluso mi pistola se sobrecalienta varias veces en el proceso pero creo que el esfuerzo merece la pena. Sin tiempo a saber el motivo escucho una alarma, los centinelas han vuelto y no tienen la pinta amistosa de la última vez. Su interfaz se ha vuelto rojiza y parece que mi constante extracción no les ha resultado del todo satisfactoria, me atacan, sin pensarlo mi dedo aprieta el botón triangulo, que cambia mi pistola de extracción a una de combate. Un combate que resulto ser corto pero intenso, sus ráfagas rápidamente destrozaron mi escudo protector, pero mis acertados disparos lograron destruirlos antes de que toda mi salud llegará a cero, por si tenía dudas de si irme o no, estás ya se habían disipado.

La nave será nuestro principal aliado.

Largo rato estuve dando vueltas con la nave por la superficie sin enderezarla rumbo al cielo, sabía que tenía que hacerlo pero cierto sentimiento de abandono se apodero de mi, al fin y al cabo aquí comenzó todo para mi. Aún así no era momento de sentimentalismos, rumbo a las estrellas puse la nave y mis sueños, lo siguiente que vi no hay palabras para describirlo. La sensación de flotar en el espacio cuando sales de la atmósfera, el primer giro en ese mar de la nada me deslumbra, sin duda había dado con la estrella de este sistema, los planetas que vi en la superficie ahora son enormes bolas que se muestran ante mis ojos. Para más asombro casi todos los colores están representados en ellos, entre unos y otros, azul, marrón, verde y… uno morado que me resulta de lo más atractivo, morado como el color de este mi sistema, simplemente abrumador pero… ¿qué es esa estructura que flota a lo lejos?. Lo que parece una pequeña esfera se va convirtiendo en un enorme complejo conforme me acerco a toda velocidad, creo que acabo de encontrar la base que vi desde la superficie del planeta, no puedo evitar salir directo a el pero… veinticuatro horas para llegar!!!, suerte que al pulsar L1+R1 se activa el motor de pulso que había reparado, lo que iba a tardar una eternidad se convierte en escasos tres minutos. Este motor se desactiva al llegar a las inmediaciones de la estación, busco la entrada bordeando el complejo hasta que veo como una tenue luz rodea la entrada de la misma, al rozar ligeramente la nave con este haz de luz, mi nave es absorbida por la estructura que rápidamente me dirige al hangar. La nave se para con suavidad, todo a mi alrededor está en calma, no veo aparentes signos de vida, aunque dos escaleras situadas a mi izquierda y derecha conducen a sendas puertas, es hora de bajar y conocer los misterios que aquí (y en el futuro) me aguardan.

La nave en el espacio se comporta con soltura.
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Siento decir esto pero lo que te aguarda es el aburrimiento llevo 80 horas jugadas en este juego y a las 20 horas se empieza a hacer excesivamente repetitivo, no se sinceramente como pude aguantar 80 horas.

Razón tienes, pero le perdono la repetitividad porque me encanta todo el rollo del Universo y perderme en los planetas, aunque entiendo perfectamente a quien le haya parecido un poco Zzzz el juego.

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