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Hay épocas históricas
especialmente utilizadas en el cine, la literatura y los videojuegos,
de la que vengo a hablar es nada más ni nada menos que la era dorada
de la piratería, porque quien más y quien menos todos hemos querido
ser un pirata alguna vez, nos vemos a nosotros mismos a los mandos de
un buque, saqueando barcos españoles e ingleses y disfrutando
nuestras riquezas en la isla más cercana.

Desgraciadamente para nuestro
pirata interior esa época ya pasó y dificilmente volverá a
repetirse un periodo histórico así, hoy en día los piratas llevan
traje y corbata y no saquean barcos precisamente, pero comparaciones
aparte, los juegos de piratas son un género en vías de extinción,
en los últimos años ha llegado a nuestras costas el Assassins Creed
IV: Black Flag, que alejándose de la fórmula habitual de la saga
nos pone a los mandos de Edward Kenway, abuelo del protagonista del
anterior juego de la saga y pirata a tiempo completo en los mares del
caribe.

Si bien el juego tiene grandes
aciertos en la faceta naval, también tiene grandes carencias, no
cuentas con un sistema de comercio más allá de vender, vender y
vender, las batallas navales acaban siendo aburridas debido a la
potencia de tu barco (pudiendo enfrentarte a 3, 4 o hasta 5 barcos
enemigos a la vez sin problema) y, en general, la falta de variedad
de opciones para gastarte el botín.

Remarcar en ése aspecto el ya
añejo Sid meier Pirates! Que a pesar de ser un juego dedicado casi
en exclusiva a la piratería también sufre en ese aspecto en
particular (aunque sea mucho más profundo en otros) aunque teniendo
en cuenta el año de lanzamiento del mismo me sorprende que haya tan
poca innovación entre el AC IV y el ya mencionado título.

Pero no todo está perdido para
los fans de los piratas, a través del catalejo de la esperanza se
puede avistar en el horizonte un nuevo título muy prometedor cuyos
protagonistas son unos grandes aficionados al ron (si, hablo de
piratas), éste título no es otro que el Sea of Thieves, futuro
MMORPG que está siendo desarrollado para las consolas de actual
generación y PC, en el que se nos promete el poder formar una
tripulación pirata con nuestros amigos y navegar a lo largo de los
siete mares (éntiendase como una metáfora) en una nave en la que
cada uno tendrá su responsabilidad, y pese a no tener mucha más
información que ésta, yo personalmente ya estoy montado en el tren
del hype, y con billete de primera.

Pero esa no es la cuestión que
abordamos hoy, el tema no es otro que la desaparición de los grandes
juegos de piratas en la industria, ya que muchos de los títulos más
esperados acaban siendo una completa decepción para todos los fans
de los piratas, y, en caso de ser juegos que incluso lleguen a
sorprendernos acabas cayendo en la repetición extrema al jugarlo.
Los que causan decepción sin embargo no suelen ser por ese motivo,
suele ser por más de un motivo, y, desgraciadamente dichos títulos
perduran en nuestra memoria muchos más tiempo (nunca olvidaré el
nefasto «Piratas del Caribe: En el fin del mundo»).

Tal vez sea por la necesidad de
éstos juegos de tener un mundo abierto, a lo mejor tal vez es
simplemente imposible plasmar la vida de un pirata en un videojuego,
o simplemente tenemos a los piratas mitificados como seres que viven
entre riquezas, mujeres (u hombres en el caso de Anne Boony o Mary
Read) y ron, mucho ron, de cualquiera de las formas y por el motivo
que sea, las desarrolladoras, ya sea por el trabajo que requiere o
por que el público es demasiado pequeño, no están interesadas en
hacer grandes juegos de piratas, lo cual, por lo menos a mi me
entristece profundamente.

Por otra parte, dejando el
pesimismo a un lado, éste mes de noviembre los usuarios de Xbox que
tengan una cuenta Gold podrán disfrutar del clásico Monkey Island,
tanto en Xbox 360 como en One gracias a la retrocompatibilidad. ¡Un
piratil saludo y a disfrutar saqueando!

Ángel Gabriel

Proyecto de ingeniero informático, apasionado de los videojuegos, estudiante, youtuber de vez en cuando, redactor de Orgullogamers.