¿UNA AVENTURA GRÁFICA?…¡NO, GRACIAS! – Parte 4

Martín era el típico niño que se consideraba mayor pero que a vista de los mayores era un “niño”. Las últimas conversaciones con sus padres no habían tenido efecto. Se esmeró mucho haciendo un listado de actividades que quería realizar solo, que iban desde no acompañarle al colegio, hacer sus deberes sin ayuda o incluso tener sus propios ahorros.

Otros niños van solos al colegio, compran chucherías y cromos, ¿por qué yo no? – pensaba Martín.


Un buen día, su padre quiso corresponder con las palabras que Martín repetía un día sí y otro también, sobre que no quería que lo trataran como un crio. Se le acercó y le preguntó:
– Martín, ¿te gustaría probar que eres ya mayor?
Martín esgrimió una sonrisa de sorpresa, a la par que miraba con cierto recelo a su padre. En alguna ocasión le había hecho quedar mal delante de los vecinos y sus amigos, así que no tenía mucha confianza.
– Con este regalo podrás demostrar que eres mayor.

Martín abrió el regalo y se sorprendió al ver que era… ¡un libro! Lo ojeó por encima.
Ni dibujos, ni láminas, ni viñetas…solo letras. Vaya “chufa”.

El primer sentimiento fue de decepción, pero cuando su padre se dio cuenta, le dijo:
– Este libro es mágico y para descubrir su magia tendrás que leerlo.
No era un mal comienzo pues a Martín le agradaban las historias de magos, dragones y castillos encantados. Pero eran muchas letras. Al día siguiente, su padre le preguntó:
– ¿Has encontrado la llave mágica?
¡Así que hay una llave! Martín corrió y revisó el libro por completo, incluso llego a lanzarlo al suelo (con relativo cuidado) buscando esa presunta llave. Nada.
– Así no la encontrarás; tienes que leer el libro.
La paciencia de Martín estaba al límite, pero hizo un nuevo intento por leer. Al principio era un rollo, ni un triste dibujo, pero poco a poco la historia se fue animando, empezó a interesarse por la vida de aquel príncipe aventurero, y cuando quiso darse cuenta, allí estaba. Era el propio libro el que tenía a sus ojos forma de llave, y era verdad que en cuanto lo abría, se sentía transportado a los valles y mares del libro, y vivía las aventuras de sus piratas, príncipes y hechiceros como si fuera él mismo. Su cabeza y sus sueños se llenaban de aventuras a la primera oportunidad.
Pero lo más especial de aquella historia, fue que a partir de entonces, en cada nuevo libro veía una nueva llave a mil mundos y aventuras, y ya nunca dejó de viajar y viajar a través de las letras, los textos y las palabras.
Este breve relato nos muestra la importancia de la lectura. Por supuesto, no es un descubrimiento que la lectura hoy por hoy es una de nuestras grandes asignaturas pendientes. La sensación que se transmite muchas veces mediante encuestas, estadísticas o conversaciones de expertos, es que debemos hacer lo todo lo posible para que los niños valoren la lectura, mientras que los “mayores” no tenemos arreglo. Un ejemplo claro serían éstas líneas. Si estás leyendo esto es todo un logro, porque según el pensador y escritor Nicholas George Carr, la gran mayoría de las personas dejan de leer en el segundo párrafo. Tranquilo, nadie tiene la culpa; nuestra capacidad de comprensión puede ser muy buena, pero a veces dependiendo nuestras necesidades y gustos, nos cuesta concentrarnos. Una triste verdad. 
Justamente en este punto es donde quería llegar y espero que tú (o usted, ávido lector) me acompañes. El relato de arriba nos muestra que, sin necesidad de ser niños con mayores aspiraciones, todos tenemos a nuestro alcance “la llave mágica” para poder disfrutar de lecturas y también, llegando a nuestro tema principal, de los texto e historias que se nos narran en las aventuras gráficas.
Todos sabemos que este género no se limita a disparar porque sí, a saltar para caer encima de una tortuga o matar marcianos. Este género encierra una “llave mágica” que si la usamos puede transportarnos a sin par mundos, rodeados de criaturas maravillosas, para vivir innumerables aventuras, con la fecha de caducidad de un ayer. 
Esa “llave mágica” son los textos que encontramos en nuestras aventuras, el seguimiento de la historia es lo que realmente incita a seguir jugando. Es gratificante cuando se desvela más del contenido del argumento, sobre todo cuando nos ha costado conseguirlo. Pero a veces esa “revelación” viene en textos, notas, libros, de dos, tres, cinco, diez o más hojas, que lógicamente nos cuesta leer. 
Aun así hagamos esfuerzo, pues si nos adentramos por completo en la historia del personaje, de sus gentes, de sus vidas, de sus aventuras, más nos identificaremos y seremos capaces de verlo todo, como si nosotros mismo estuviéramos allí. Y es que la “imaginación” es una llave mágica preciosa.
Cuántos de nosotros hemos querido convertirnos en piratas para vivir sin par a aventuras; cuántos de nosotros nos hemos imaginado que la casa del vecino quisquilloso y con mala cara, no era en realidad un laboratorio con el objetivo de conquistar el mundo; o cuántos de nosotros no hemos agarrado nuestra correa o cinturón, blandiéndola, mientras nos deshacemos de serpientes invisibles que nos acechan en la oscuridad de una cripta, sospechosamente tan grande como nuestro cuarto.

Albert Einstein dijo en una ocasión: “La lógica te llevará de A a B. La imaginación te llevará a todas partes”.

Si has esbozado una sonrisa al leer esto, enhorabuena, porque significará que jugaste, leíste, te lo imaginaste y encontraste tú “llave mágica”.
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Brutal serie de artículos. No sé si alguien se ha atrevido a leerlos todos. Pero fueron una delicia.

Gracias caballero. Nos alegra que le hayan gustado 😉 Un saludo!!

Bien dices Eleazar "si alguien se ha atrevido"…Creo que el problema está en lo "kilométricos" que son los artículos. Pero aunque a una persona le hayan gustado, ya vale la pena. Gracias joven.

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